Sita en el número 2, de la antigua calle Mesones, hoy San Fernando de Mairena del Alcor tiene su Sala nuestra Hermandad, desde que el día 10 de septiembre del año del Señor de 1.894 el Sr. Cura-Párroco de la Parroquia de Santa María de la Asunción, D. José García Serrano, cedio en propiedad dicha sala a la hermandad de la Soledad, a cambio del pago de una cantidad de pesetas, de cuyo acto de «cesión-venta» se extendió documento privado que con el paso de los tiempos desapareció, teniendo lugar tal hecho durante el inicio de la Guerra Civil y la consecuente destrucción que se produjo en dicha sala la noche del 19 de julio de 1.936, en la que ardieron todos los enseres y documentos que la Hermandad poseía. Se conserva, únicamente, el documento en el que dicho Cura-Párroco reconoce la propiedad de dicha sala a la Hermandad y que literalmente dice:

«Siendo la Sala, que está contigua a la Capilla del Santo Cristo de la Cárcel, propiedad de la Hermandad de Nuestra Señora de la Soledad autorizo a la misma para que pueda utilizarla en colocar en ellla los pasos y demás enseres y utensilios de dicha Hermandad, conservándose, por tanto, la llave de dicha habitación en poder de su Mayordomo.»

Mairena del Alcor, 10 de septiembre de 1.874
El Cura propio Rector.

 

Aparece su firma y el sello de la Parroquia de Sta. Mª de la Asuncion.

Dicha Sala Hermanda tiene una superficie de 29 m2, repartidos entre la planta baja y unas dependencias en la parte superior, en forma de desván (parte más alta de una casa, inmediatamente debajo del tejado). Tiene su entrada por la calle San Fernando y compate con el resto del edificio una puerta que se encuentra en el «zajuán» de entrada al edificio colindante y una ventana con apertura hacia el patio del edificio.

Dicho désvan, fue permutado a la Parroquia por otro en el lado opuesto al que actualmente ocupa con una superficie exactamente igual. El desván resultante de la permuta, tenia su entrada por el patio del edificio. Para su acceso se tenía que colocar una escalera de madera por la que se subía a la dependencia. A esta permuta de lugar del desván accedió la Hermandad atendiendo la petición que le hizo llegar la Parroquia, en la Persona de su representante legal, el Sr. Cura-Parroco, D. Enrique Pruqquer Oropesa, con fecha del 7 de obtubre de 1.953.

En esta situación continuó el desván hasta el 24 de septiembre de 1.960 en la que se recibió una nueva comunicación de la Parroquia, firmada por su representante legal el Sr. Cura-Parroco D. Enrique López Guerrero (en este período 1.953-1.960 se había producido el relevo de párroco), en la que se solicitaba a la Hermandad el desván resultante de la anterior permuta para utilizarlo mientras duraban las obras que se iban a realizar en la vivienda-piso del Capiller, como consecuencia de que la vivienda iba a ser la nueva residencia del Sr. Coadjutor de la Parroquia. La Hermanda accedió a la petición de cesión por el tiempo en que duraran las mencionadas obras.

Una vez finalizadas aquéllas, la Hermandad comprueba asombrada y totalmente extrañada que la cesión temporal del desván se convierte en definitiva, pues el mismo, no solo no se le devuelve sino que, además es incorporado como parte de la vivienda-piso del Coadjutor. De esta situación se desprende el hecho de que habían cerrado una puerta que hacía tiempo se había construido para su acceso y en su lugar construyeron un a ventana que daba al patio del edificio.

Como quiera que esto no era lo acordado ente la Parroquia y la Hermandad, esta última, estimando lesionados sus legítimos derechos sobre el desván, desde siempre ha reivindicado su legítima propiedad sobre el mismo.